"INTERESES QUE PRODUCEN INTERESES"
Dicen que una vez le preguntaron a Albert Einstein cuál era la fuerza más poderosa del universo, a lo que él respondió “el interés compuesto”.
Es aquel que se va sumando al capital inicial y sobre el que se van generando nuevos intereses. El dinero, en este caso, tiene un efecto multiplicador porque los intereses producen nuevos intereses.
La otra opción es dejar la aportación inicial y retirar los intereses que se generan, esto se conoce como interés simple.
La diferencia entre ambos es enorme. Es la diferencia entre lo lineal y lo exponencial.
Vamos a verlo en un ejemplo:
Hacemos una aportación 10.000€ y le aplicásemos un interés simple del 10%, cada año recibiríamos 1.000€. Por lo tanto, al cabo de 30 años, habríamos recibido 30.000€, más nuestra aportación serían 40.000€.
Ahora hagamos el mismo ejemplo, 10.000€ de inversión a un interés del 10%, pero esta vez compuesto. Eso supone que los 1.000€ recibidos el primer año pasarán a formar parte de mi capital ahorrado, por lo que en el segundo año, en vez de calcular el interés sobre nuestra aportación inicial de 10.000€, lo calcularíamos sobre la aportación inicial más la rentabilidad de 1.000€. Es decir, sobre 11.000€
Al aumentar el capital invertido, los intereses también aumentan desde los 1.000€ hasta los 1.100€.
Y este efecto se produce todos los años. Para que al final del período, el capital obtenido es de 174.494€.
El paso del tiempo puede ser nuestro gran aliado si dejamos trabajar al interés compuesto. Nuestro dinero generará beneficios, que reinvertidos, generarán a su vez mayores beneficios, y así sucesivamente.
Como conclusión, hay que tener en cuenta dos factores:
- Rentabilidad por tu dinero: elige herramientas que te den una buena rentabilidad a largo del tiempo.
- Tiempo: El tiempo que dejes revalorizando tu dinero es clave. Ahorra a largo plazo, sé constante y deja que el interés compuesto haga lo demás.